Los huéspedes desconocidos: el viroma

Ubiqus Ciencia
6 min readSep 8, 2021

Autora: Issis A. Pérez

Editores: Washington Romero, Paola Guadalupe y David Cuaspud.

Mucho se habla de los conjuntos de las bacterias que habitan nuestro cuerpo y forman una gran comunidad llamada microbioma, pero no son nuestros únicos huéspedes pues dentro del microbioma también se encuentran virus. Se estima que cada persona en apariencia sana puede tener más de diez infecciones virales crónicas, la mayoría causadas por herpes, virus de la polio, diferentes papilomas, VIH y virus de la hepatitis B y C (Handley, S. A., 2016).

Figura 1. El microbioma también incluye virus. (2019, 31 de octubre). AgroAvances. https://agroavances.com/noticias-detalle.php?idNot=2317

El conjunto de todos los virus existentes en las superficies y fluidos del cuerpo humano componen al viroma humano; el cual lo constituyen dos grandes grupos virales: los que infectan bacterias llamados bacteriófagos o fagos y aquellos que infectan células humanas, parásitos e incluso hongos. En nuestras células los virus pueden causar infecciones latentes, persistentes y agudas (Zárate, S. et al. 2017).

Los bacteriófagos son los virus más abundantes y los científicos proponen que existen tres grupos: fagos compartidos por la mayoría de la población, otros que son comunes para el 30 o 50% de las personas y aquellos más bien únicos en cada ser humano (Beller, L. & Matthijnssens, J. 2019).

Figura 2. Los bacteriófagos son los virus más abundantes del viroma. (2020, 23 de febrero). Pixabay. https://pixabay.com/es/illustrations/virus-bacteri%c3%b3fago-fago-la-biolog%c3%ada-4871648/

Existen investigaciones que demuestran la influencia del viroma en la composición y función de las comunidades bacterianas; en el caso de las interacciones entre bacteriófagos y bacterias una de las consecuencias más graves es la transferencia de genes de resistencia a antibióticos desde el fago hacia diferentes especies bacterianas, algunas con gran importancia médica como Escherichia coli, salmonelas y estafilococos (Zárate, S. et al. 2017. Beller, L. & Matthijnssens, J. 2019).

En los niños, la diversidad del viroma disminuye rápidamente durante los dos primeros años de vida, hay ciertos virus presentes en su primera semana de vida y ausentes en la segunda. No obstante, durante su crecimiento el viroma se enriquece en gran parte debido a la dieta y al alcanzar la edad adulta es mucho más diverso (Lecuit, M. & Eloit, M. 2013. Garmaeva, S. et al. 2019).

Al investigar la cavidad oral los científicos descubrieron comunidades específicas en la saliva, placa dental y otras áreas; en todos los lugares los fagos fueron los más abundantes, seguidos por varios herpes. También se ha estudiado el viroma de la cavidad nasal y la faringe en personas sanas, aquí se detectaron algunos virus considerados patógenos como los adenovirus (causantes de resfriados), pero se desconoce por cuánto tiempo permanecen aquí o si pueden ocasionar infecciones crónicas asintomáticas (Zárate, S. et al. 2017).

Una de las comunidades víricas con mayor importancia y diversidad se localiza en la piel, ya que es el órgano más grande de nuestro cuerpo y nuestra principal barrera con el exterior. Entre los virus más comunes de esta comunidad están los herpes y papilomas, como los papilomas b y g en las capas superficiales de la piel (Zárate, S. et al. 2017. Lecuit, M. & Eloit, M. 2013).

Hasta hace poco tiempo la comunidad científica pensaba que los fluidos corporales como la sangre o el líquido cefalorraquídeo (líquido que circula entre el cerebro y la médula espinal) estaban libres de virus. Sin embargo, investigaciones recientes revelaron varios tipos de herpes (herpes simplex tipo 1 y 2, citomegalovirus, virus de Epstein-Barr, herpes 6 y 8) en el plasma sanguíneo y también una diversa comunidad viral en el líquido cefalorraquídeo (Lecuit, M. & Eloit, M. 2013. Ghose, C. et al. 2019).

El líquido amniótico tampoco es la excepción y aunque en embarazos saludables parece haber poca presencia viral, en embarazos con diferentes complicaciones se localizaron adenovirus, enterovirus, virus de Epstein-Barr y citomegalovirus. Al mismo tiempo se descubrió la existencia del virus de la polio, papilomas y herpes en muestras vaginales de mujeres embarazadas que tuvieron problemas de fertilidad (Mukhopadhya, I. et al. 2019. Happel, A-U. et al. 2020).

Es clara la participación del viroma en diferentes enfermedades, por ejemplo, se observó mayor diversidad viral en niños con infecciones respiratorias severas y agudas, entre ellos había coronavirus y adenovirus. También varios estudios concluyen que modificaciones en la constitución del viroma estarían implicadas en la enfermedad periodontal, fibrosis quística e infecciones urinarias. Así mismo, se estima que algunos fagos podrían tener un rol en la prevención o tratamiento del cáncer, ya que parecen inhibir el crecimiento tumoral (Mitchell, A. B. et al. 2016. Emlet, C. et al. 2020. Stern, J. et al. 2019).

Figura 3. El viroma está presente en todos los rincones de nuestro cuerpo. (2016, 11 de marzo). Science Bites. https://sciencebitesperu.weebly.com/science-bites/paperbite-2-el-viroma-de-la-tierra

Contrario a lo que se pensó por mucho tiempo, los órganos y fluidos corporales no se encuentran libres de microbios, investigaciones de punta demuestran que en ellos habita una extensa diversidad de virus. El viroma humano es muy importante pues en gran medida determina la composición y función de las comunidades bacterianas, lo cual afecta la respuesta inmune o adquieren resistencia a antibióticos. La ciencia apenas comienza a desvelar los secretos del viroma pues su estudio enfrenta grandes retos, la dificultad de analizar grandes volúmenes de datos para identificar nuevos virus y la realización de ensayos funcionales que permitan esclarecer la influencia del viroma tanto en la salud como en la enfermedad, son las principales cuestiones a resolver en el futuro.

Referencias:

Zárate, S., Taboada, B., Yocupicio-Monroy, M. and Arias, C., F. (2018). Human Virome. Archives of Medical Research, 48(2017). https://doi.org/10.1016/j.arcmed.2018.01.005.

Beller, L. and Matthijnssens, J. (2019). What is (not) known about the dynamics of the human gut virome in health and disease. Current Opinion in Virology, 2019(37). https://doi.org/10.1016/j.coviro.2019.05.013.

Mitchell, A., B., Brian, G., O. and Glanville, A. R. (2016). Translational Aspects of the Human Respiratory Virome. Concise Clinical Review, 194(12). DOI: 10.1164/rccm.201606–1278CI.

Handley, S., A. (2016). The virome: a missing component of biological interaction networks in health and disease. Genome Medicine, 8(32). DOI 10.1186/s13073–016–0287-y.

Lecuit, M. and Eloit, M. (2013). The human virome: new tools and concepts. Human Microbiome, 21(10). http://dx.doi.org/10.1016/j.tim.2013.07.001.

Focà, A., Liberto, M., C. Quirino, A., Marascio, N., Zicca, E. and G. Pavia. (2014). Gut Inflammation and Immunity: What Is the Role of the Human Gut Virome? Mediators of Inflammation, 2015. http://dx.doi.org/10.1155/2015/326032.

Emlet, C., Ruffin, M. and Lamendella, R. (2020). Enteric Virome and Carcinogenesis in the Gut. Digestive Diseases and Sciences, 2020. https://doi.org/10.1007/s10620-020-06126-4.

Stern, J., Miller, G., Li, X. and Saxena, D. (2019). Virome and bacteriome: Two sides of the same coin. Curr. Opin. Virol., 2019(37). doi:10.1016/j.coviro.2019.05.007.

Mukhopadhya, I., Segal, J., P., Carding, S., R., Hart, A., L. and Hold, G., L. (2019). The gut virome: the ‘missing link’ between gut bacteria and host immunity? Ther Adv Gastroenterol, 2019(12). https://doi.org/10.1177/1756284819836620.

Wylie, K., M. (2017). The Virome of the Human Respiratory Tract. Clin Chest Med, 38(2017). http://dx.doi.org/10.1016/j.ccm.2016.11.001.

Garmaeva, S., Sinha, T., Kurilshikov, A., Fu, J., Wijmenga, C. and Zhernakova, A. (2019). Studying the gut virome in the metagenomic era: challenges and perspectives. BMC Biology, 17(84). https://doi.org/10.1186/s12915-019-0704-y

Ogilvie, L., A. and Jones, B., V. (2015). The human gut virome: a multifaceted majority. Frontiers in Microbiology, 2015(6). doi:10.3389/fmicb.2015.00918.

Happel, A., Varsani, A., Balle, C., Passmore, J. and Jaspan, H. (2020). The Vaginal Virome — Balancing Female Genital Tract Bacteriome, Mucosal Immunity, and Sexual and Reproductive Health Outcomes? Viruses, 12(832). doi:10.3390/v12080832.

Metzger, R., N., Krug, A., B. and Eisenächer, K. (2018). Enteric Virome Sensing — Its Role in Intestinal Homeostasis and Immunity. Viruses, 10(146). doi:10.3390/v10040146.

Ghose, C., Ly, M., Schwanemann, L., K., Shin, J., H., Atab, K., Barr, J., Little, M., Schooley, R., T. Chopyk, J. and Pride, D., T. (2019). The Virome of Cerebrospinal Fluid: Viruses Where We Once Thought There Were None. Frontiers in Microbiology, 2019(10). doi: 10.3389/fmicb.2019.02061.

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